۞Cenizas..

Esta mañana el noticiero del canal 43 a reportado un incendio devastador que ardiendo toda la noche a consumido una fabrica abandonada, no se a encontrado todavía nada entre los escombros pero un pequeño muñeco de peluche tuerto con unos prendedores en las manos, se distinguen de entre las cenizas.

Gente de todas partes alrededor de aquel horrible suceso se encuentran observando, donde bomberos apagaban ya las últimas llamas ardiendo, los policías de todas partes contienen a las personas curiosas que quieren pasarse a ver, más por curiosidad que por otra cosa y entre los carros estacionados de aquella calle, solo una ambulancia esperando pacientemente por alguna persona herida.

Titilando apunto de fundir su luz un negro farol ilumina el fondo de una estrecha calle empedrada, donde los sonidos son callados por el silencio. Caminando entre las penumbras de la noche la sombra de una persona ronda desesperada, mientras los últimos rayos de luna iluminan su andar.

Sedienta sin poder mas a paso lento sintiendo como se mezclan el dolor y amargura impidiendo expresar en su rostro lo que siente, su corazón late débilmente al reconfortarse en sus pensamientos.

Poco a poco se acerca al muerto farol de luz que se a apagado y bajo el se detiene en las sombras que se apoderan de ella, devorándola sin compasión. Sin ninguna prisa abstraída del mundo con la mirada extraviada recoge las faldas del sucio vestidito que lleva puesto para sentarse, con un suspiro de desaliento se deja caer en la banqueta poco acogedora entre el polvo y el lodo.

De un susto la luz vuelve a brillar, lentamente aparece una figura de rostro pálido y de ojos llorosos, es solo una pequeña niña de escasos diez años con la ropa desecha y las manitas llenas de sucia tierra. El viento es tan helado y tan fuerte cargado de un hedor a muerte, párese no importarle mucho pues no se le ve que traiga algún abrigo que le proteja, pero aun así sigue ahí con la mirada perdida, entre los insistentes sonidos de los grillos y la noche. Y de nuevo la luz desaparece dejándola sola.

Entre las sombras atrás de ella de pronto se escuchan unos intensos pasos seguidos de un grito que rompen con sus pensamientos, sucesivo de unos suspiros, una pequeña mano toca su hombro y pronuncia su nombre, esta vez el farol se enciende dejando ver a otra niña de unos 6 años mugrosa con el pelo enredado y las zapatos gastados, en las manos trae una bolsita negra con algo en su interior, que aprieta fuertemente para no perder. La niña llorando la escucha y trata de limpiarse rápidamente las lagrimas pero ya es tarde ya la ha visto, únicamente se da la vuelta y pregunta: -Que haces aquí? Con voz pausada y seca. –Solo te traigo esto…Contesta dulcemente, dejando la bolsita negra a un lado de ella y con la mirada mas agradable se escabulle corriendo de nuevo en la oscuridad de la noche, perdiéndose de vista. Por segunda vez se encuentra sola, con la tenue luz brillando arriba de ella que deja ver su escuálido cuerpecito, golpes que corren por toda su piel y cicatrices en su blanca cara, aunque duelen ya no importan más.

De nuevo la reflexión se apodera de ella, apartándola de todo y con una sola pregunta: Todas las madres quieren a sus hijos? Era el pensamiento que golpeaba Violentamente su cabeza, unas lágrimas corrieron por su rostro, en ese momento ya no podía mas ocultar el sentimiento de amargura y desesperación, sin control su llanto de pronto se apodero de ella fluyendo como el rió se desborda en las fuertes lluvias. Las mariposas negras de pronto cayeron al suelo, esos pequeños broches que usaba para recogerse el pelo solo se limito a recogerlos y guardarlas en sus bolsillos, empapando su vestido trataba de limpiar sus lagrimas pero eran tantas que las gotas de sal quemaban cuando caían tocando sus cicatrices, en ese momento su llanto opacaba el agudo sonido de los grillos. Repentinamente un viento calido la arropo y recordó una canción que poco antes aprendió en el orfanato de donde unos momentos atrás había escapado, continuamente la tranquilidad fue llenando su rostro la voz que tomaba fuerza en sus labios y confortaba desde su interior, la arrullaba cada vez mas, de repente recordó a la pequeña que trataba de despedirse de ella pero que no escucho, entonces tomo la bolsita negra y se puso de pie, caminando hasta perderse en la oscuridad, pensó en buscarla pero todavía hacia tanto frió y tenia sueño, agacho la cabeza y siguió caminado pateando algunas piedras que en su camino encontraba, levanto la mirada y vio una bodega abandonada donde no se veía a nadie alrededor, así que decidió entrar y dormir un poco. El frió aun ahí era demasiado, solo pensó en una fogata para calentarse así que puso unas maderas secas y las encendió, se acostó en un rinconcito y se tapo con unos costales viejos que se encontraban tirados por ahí mientras abría la bolsita negra que cargaba, de su interior saco un osito de peluche sucio y descosido con el relleno de fuera, con un solo ojo. Lo abrazo y cerro sus ojos durmiendo para siempre, soñando en ser un gran ángel de alas blancas y volar…

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